¿Sabes en qué consiste la desratización?

Los tratamientos de desratización son obligados en cualquier establecimiento público. Aunque los roedores generan menos repulsión que otras plagas, como pueden ser las de ciertos insectos, lo cierto es que hay gente que les tiene verdadero pánico. Además, la presencia de estos animales puede causar problemas graves de salud comunitaria.

¿Cómo sabemos que hay ratones y ratas en casa?

En el ámbito doméstico existen una serie de evidencias que pueden demostrar la existencia o no de roedores en la casa: oír ruidos de rascar y sospechar de la presencia de animales correteando bajo el suelo, en el falso techo o en la buhardilla. Estos espacios son los que utilizan las ratas y ratones para construir sus nidos o como cobijo, pues son los lugares donde se acumula ropa sin usar o se almacenan muebles y objetos.

Otras pruebas de la presencia de roedores son los excrementos, encontrar envoltorios de alimentos rotos o desperfectos o cables roídos.

Estaciones portacebo como sistema de desratización

La desratización es por tanto la eliminación de los roedores utilizando para ello medidas pasivas y activas que incluyen métodos físicos, químicos y biológicos. Entre las medidas de desratización más destacadas se encuentran las estaciones portacebo.

Se trata de trampas para ratones que se colocan pegadas a la pared, que es por donde suelen corretear estos animales. Una vez el ratón se encuentra dentro de la rampa, se cierran automáticamente las puertas y el animal no puede escaparse. Se liberta dióxido de carbono y el ratón muere. Estas estaciones portacebo son a prueba de mascota, por lo que no hay de qué preocuparse. Existen estaciones portacebo tanto para interiores como para exteriores.

La famosa trampa con un trozo de queso en el centro para atrapar ratones ya pasó a la historia, sobre todo porque la creencia de que los roedores se ven atraídos por este alimento es un mito urbano. Si queremos utilizar algún alimento como método de desratización es mucho más aconsejable el muesli, pues los ratos prefieren alimentos con alto contenido en azúcar.