Muchas culturas a lo largo de la historia, como la egipcia o la japonesa, han utilizado ambientadores de menta por más de 2.000 años debido a sus interesantes propiedades. Los griegos utilizaban los aromas a menta como afrodisíaco y debido a sus propiedades analgésicas. Para ello usaban hojas y ramas para elaborar una corona mental que aumentaba el rendimiento mental.
El aceite esencial de menta es uno de los aceites más antiguos de uso medicinal. Existen referencias a este aceite en papiros, como el papiro Ebres, con más de 3.500 años de antigüedad.
La menta está también relacionada con la mente, pero se desconoce el uso de este aroma, de ambientadores de este tipo, y su relación a la muerte por parte de civilizaciones antiguas.
La menta estaba presente en los banquetes de griegos y romanos, y se utilizaba para combatir el malestar provocado por comidas copiosas. También se utilizaba para eliminar dolores de cabeza y mareos.
¿Para qué utilizamos los ambientadores con olor a menta?
Los ambientadores de menta son apropiados para aumentar las fuerzas perdidas por excesos de trabajo o actividades físicas, actúan directamente contra la fatiga física y las sobrecargas mentales.
Es interesante el uso de estos ambientadores en lugares donde se desee eliminar el cansancio y agotamiento mental: gimnasios, spas, masajes, o cualquier lugar donde exista un esfuerzo elevado y se quiera liberar el cansancio físico. La exposición a este aroma libera la mente y permite actuar de manera más despejada y relajada.
En lugares como Japón, los ambientadores de menta se utilizan para aromatizar oficinas, se ha observado que los trabajadores expuestos a este aroma aumentan su rendimiento de trabajo t su productividad.
El aroma a menta actúa como tonificante de las unciones mentales, por eso este tipo de ambientadores son aconsejables en espacios de trabajo donde se requiere un grado de concentración intelectual alta y existe una gran carga de trabajo.